¿Harto de escuchar, por enésima vez, la cantinela de la derecha “Bajaremos impuestos”? ¿Sabes como hacerle frente?

Es bueno recordar que George Lakoff en su libro No pienses en un elefante pone ejemplos de cómo cambiar el marco de los republicanos de EE.UU., que siempre van con la misma “serenata” sobre bajar impuestos. Las propuestas del lingüista tienen el fin de fortalecer la visión progresista de los impuestos. A pesar de que el libro apareció en castellano en 2007 y en catalán en 2008, todavía hay una buena proporción de participantes de mis entrenamientos de política que no lo han leído y, por lo tanto, no se benefician de aplicar sus conocimientos en sus discursos y propuestas para hacerlos más impactantes. Así que, si no lo has leído, tienes una excelente lectura de verano de unas cien páginas.

Aunque habla de demócratas y republicanos de EUA, es perfectamente aplicable a España. Los republicanos, en aquella época, no hablaban de impuestos, hablaban de alivio fiscal. Párate un momento y date cuenta qué percepción tienes cuando piensas en alivio fiscal… A que notas una cierta sensación de suavidad, de atenuación de una carga,.. Otro ejemplo, si hablamos de paraíso fiscal, ¿a qué suena bien? La mayoría de la gente le vienen imágenes de palmeras…  En cambio, si substituimos esa expresión por vampiro fiscal, ¿A que no tienes la misma percepción y te suena mal? ¿Y si decimos sanguijuela fiscal?

Por otro lado, te propongo cambiar el término impuestos por contribuciones. ¿Qué son los impuestos, sino la contribución que hacemos la ciudadanía, empresas y resto de entidades para mantener y conservar las carreteras o pagar a los médicos para cuidar de nuestra salud?  Para que tengas una idea de cómo plantea, desde el punto de vista progresista los impuestos, te transcribo cómo lo explica él:

En televisión los conservadores utilizan solamente dos palabras: alivio fiscal, mientras que los progresistas se enfrascan en una larga parrafada para plantear su punto de vista. […] Puedes pensar metafóricamente en ello al menos en dos sentidos. En primer lugar, como inversión. Imagínate el siguiente anuncio: Nuestros padres —igual que los suyos— invirtieron para el futuro a través de sus impuestos. Invirtieron el dinero de sus impuestos en la red de autopistas, en Internet, en la organización científica y médica, en nuestro sistema de comunicaciones, en nuestras líneas aéreas, en el programa espacial. Ellos invirtieron para el futuro y nosotros estamos cosechando los beneficios de los impuestos que ellos pagaron. Hoy nosotros tenemos activos —autopistas, escuelas y universidades, Internet, líneas aéreas— que provienen de las buenas inversiones que hicieron ellos.   Imagínate versiones de este anuncio circulando continuamente durante años. Por fin, con el tiempo, quedará establecido el marco: los impuestos son una buena inversión para el futuro. O tomemos otra metáfora: Los impuestos son el pago de tus deudas, el pago de tu cuota de socio de EUA. Si te inscribes en un club de campo o en un centro comunitario, tienes que pagar una cuota. ¿Por qué? Tú no construiste la piscina. Pero tienes que mantenerla. No construiste la cancha de baloncesto. Alguien tiene que limpiarla. Puede que tú no uses la pista de squash, pero has de seguir pagando tus cuotas. De lo contrario, no se la mantendrá a punto y se estropeará. La gente que elude pagar impuestos, como esas empresas que se trasladan a las Bermudas, no pagan lo que le deben a su país. Pagar impuestos es patriótico. Desertar de tu país y no pagar tus deudas es una traición.

Estas interpretaciones sobre los impuestos para que se instalen en la mente de la población hay que repetirlas una y otra vez, continuamente, y afinarlas hasta que ocupen el lugar adecuado en nuestras conversaciones, en nuestra cultura. Eso no pasará el mes que viene por repetirlas unas cuantas veces. Por eso hay que empezar ya a aplicarlas. Por otro lado, hay un mito que cuestionándolo beneficiará mucho a la política progresista: la gente vota por sus intereses. Solamente son una minoría los que votan por sus intereses. La mayoría de votantes votan por otras razones. Cuestionar este mito que beneficiará mucho a la política progresista y verde, ya que le permitirá entender que la mayoría votan por su identidad, por sus valores, por sus emociones. Por tanto, las personas de izquierdas, verdes, progresistas conviene que empiecen a hablar de sus contenidos a base de valores, identidad, emociones. Si quieres conocer otros mitos, bájate este artículo. Para que entiendas qué significa comunicarte por sentimientos, valores, motivaciones, lee No pienses en un elefante y tendrás ejemplos de cómo lo hace George Lakoff. Y si quieres ser diestro, ten en cuenta que esta actividad no es intelectual, tiene que ver más con entrenamientos como tocar música o jugar al tenis. Con lo que significa practicar continuamente para mejorar, saber qué funciona, en qué contextos funciona mejor, etc. Con cierta frecuencia, cuando comento estas ideas en sesiones individuales o grupales, aparece “Esto es manipular”, a lo que contesto que no necesariamente. La derecha, como hemos visto, usa el lenguaje torticeramente o directamente engañando. Lakoff y yo, tenemos claro que el lenguaje se puede y se debe emplear honestamente y se pueden conseguir resultados efectivos. Así que te invito a leer y a aplicar lo que leas del libro. Porque además, hay otras ideas interesantes sobre comunicación.

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